Cada vez más cadenas incorporan producción local para sus líneas propias, generando oportunidades para pymes y ampliando la oferta nacional.
Desde comienzos de 2025 se observa un aumento de iniciativas en las que grandes retailers y supermercados argentinos desarrollan productos con marca propia en asociación con pymes locales. Este modelo no sólo permite reducir costes, sino también incorporar capacidades productivas regionales y diversificar la oferta disponible en góndola.
Un informe de IDB Invest junto a Accenture destaca que las “private labels” ofrecen alternativas accesibles manteniendo estándares de calidad, y subraya que para pequeñas y medianas empresas (PyMEs), e incluso emprendimientos liderados por mujeres, estas alianzas representan una “oportunidad única” para integrarse en la cadena de valor de grandes retailers.
En la Argentina, la participación de marcas propias en el mercado ronda entre 12% y 14%. Pese a estar lejos de los niveles de Europa, este porcentaje evidencia un crecimiento sostenido en los últimos años, impulsado por cambios en hábitos de consumo y una apuesta más profesional por parte de cadenas y proveedores. La primera edición del Encuentro Internacional de la Industria de las Marcas Propias, Blancas y Privadas fue un claro ejemplo de ese desarrollo.
Para pymes con capacidad productiva limitada, esta modalidad presenta ventajas claras: permite acceder a canales de distribución nacional, escalar volumen sin invertir en marketing de marca, y desplegar su producción con el respaldo de retailers consolidados.
Al mismo tiempo, el consumidor accede a precios competitivos sin resignar calidad. Este esquema podría redefinir la estructura del mercado doméstico, favoreciendo un desarrollo industrial más distribuido y menos concentrado.
